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Foto del escritorMaría Artigas Albarelli

Bacanal de los andrios

Tiziano Vecellio

TIZIANO VECELLIO

Bacanal de los andrios, hacia 1523-1525. Madrid, Museo del Prado.


Andros es una de las islas Cícladas del Mar Egeo, a la que los griegos le atribuyeron un origen mítico. Radamantis —hijo de Europa y Zeus, concebido por ambos en Creta junto a sus hermanos Minos y Sarpedón—, donó la isla a Andró. Se decía que la tierra de Andros estaba «tan henchida de vino por obra y gracia de Dionisio, que estalla y les envía un río [de vino] a sus habitantes» (Filóstrato el Viejo 2019, 133). Si a este río sagrado lo personificamos como un hombre con barbas, en un ambiente idílico —un locus amoenus—, yaciendo en una verde ladera sobre un lecho de racimos de uvas «vertiendo vino puro»; y más acá nos encontramos a los habitantes de la isla, vestidos con ropas suaves de lustrosa textura, conviviendo con unos seres mitológicos, desnudos, cogiendo el néctar del río, bebiendo, bailando o tendidos sobre un tierno lecho de hierba que huele a fresco, entregados a una alegre fiesta en honor al dios del vino; o si vemos a un niño rollizo orinando sobre ese río; a una nave a lo lejos, en la azulada costa; a una bella, blanca, casi translúcida y erótica mujer, desnuda y dormida en un primer plano; y si todo esto se nos presenta dentro de un paisaje de intenso, alegre y bello colorido, con un complejo desarrollo pictórico donde el sfumato, el color y los contrastes lumínicos modelan las figuras suavemente, con una pincela suelta en un «delicadísimo equilibrio entre forma, color y acción» (Portús 2022, 166), podemos asegurar que nos encontramos ante la primera representación pictórica de La bacanal de los andrios.


La magnífica obra la realizó un joven Tiziano Vecellio di Gregorio (Pieve di Cadore, Véneto, ca. 1490-Venecia, 1576). Gracias a la influencia del cadorino, la maniera veneciana iniciada por su maestro Giorgione (1477-1510), trascendió fronteras.

Esta maniera se caracteriza por las pinceladas fluidas de color —a veces empastadas—, la sensualidad, la tangibilidad de las formas, así como los efectos atmosféricos y lumínicos.

Giorgione también aportó una gama de colores más rica, así como el sfumato leonardesco y las gradaciones de color que modelan las figuras y el espacio.


La pintura veneciana fue una apuesta diferente, más emotiva, a la pintura intelectual de la escuela florentina y romana, basada en el disegno.

La bacanal de los andrios (hacia 1523-1525, Museo del Prado, Madrid) de Tiziano Vecellio, forma parte de una de las series de pintura mitológica más importantes del siglo XVI. Fue realizada para el camerino de alabastro del Castillo de San Michel de Ferrara, residencia de Alfonso I d’Este (1476-1534), III duque de Ferrara. Era la primera vez que Tiziano se enfrentaba a una temática mitológica tan explícita, concebida por el propio Alfonso d’Este y el humanista Mario Equícola, basados en textos de la Antigüedad clásica.


La recuperación de esta Antigüedad aportó a las élites intelectuales renacentistas nuevos modelos de conducta tanto social como privada, a la vez que con ella configuraron todo un aparato teórico y visual, que implicaba a la filosofía neoplatónica de la Academia florentina de Ficino, a la magnificencia, las fiestas, la construcción o remodelación de palacios, así como su decoración a través del coleccionismo de obras de arte, tanto antiguas como contemporáneas.


La intención del duque de Ferrara cuando encargó este ciclo pictórico, era emular los ambientes de las casas de los antiguos, por lo que no sólo era importante la recuperación de la historia mitológica, sino también el recrear cómo pudieron haber sido esas pinturas del pasado. En este sentido, los Eikones (Imágenes) de Filóstrato el Viejo (siglos II y III d. C.), proporcionaron una fuente invaluable, ya que el libro es una serie de descripciones de cuadros de una pinacoteca napolitana de su tiempo.


TIZIANO VECELLIO

Ofrenda a Venus (1518-1520, Madrid, Museo del Prado).


Dos de la tres pinturas que Tiziano realizara para esta serie del camerino de alabastro: Ofrenda a Venus (1518-1520, Madrid, Museo del Prado) y La bacanal de los andrios, se basaron en las Imágenes de Filóstrato. Los habitantes de Andros —Libro I, écfrasis 25—, fue la que inspiró La bacanal de los andrios. El sofista señalaba que el tema de la pintura que describía era «La corriente de vino que surca la isla de Andros y los andrios que se han emborrachado en el río» (Filóstrato 2019, 133), pero la inventione del cadorino hizo que reinterpretara el mito, llevándolo a su propio terreno, como podemos comprobar enseguida:


Vemos en la pintura lo siguiente: el río, presa de gran agitación, yace sobre un lecho de racimos, vertiendo vino puro; y junto a él crecen tirsos, del mismo modo que lo hacen las cañas junto a los ríos de agua. Si seguimos adelante, más allá de los grupos de bebedores, acabamos por encontrar en la desembocadura a los Tritones, que recogen vino en sus conchas; unos beben, otros soplan en sus instrumentos marinos, otros ya están borrachos y bailan. También Dionisio navega hacia la orgía en Andros; una vez arribada su nave al puerto, dirige un heterogéneo tropel de Sátiros, Bacantes y Silenos. Dirige a Risa y a Como, dos genios muy alegres y aficionadísimos a la bebida, por llevar a cabo con el mayor placer la vendimia del río (Filóstrato 2019, 135).


Tiziano sustituyó a los seres acuáticos por hombres desnudos —que se diferencian y conviven con los habitantes de la isla—, para presentarnos una escena bucólica, un tema muy recurrido en esa época por influencia de la Arcadia (1504) de Sannazaro. La Naturaleza, junto con el Amor y la Mitología, fueron los temas más tratados en la literatura y el arte renacentista, todo ello está en La bacanal de los andrios.


En pintura, fue Giorgione quien representó a la Naturaleza observándola del natural; le otorgó un lugar fundamental en el discurso narrativo de sus obras, donde el paisaje era mucho más que un mero escenario. En La bacanal de los andrios, el cadorino nos presenta un paisaje completamente pastoril; las tibias (flautas) que portan las andrias tumbadas en la hierba, refuerzan esta idea, ya que eran instrumentos identificados en aquel entonces con el mundo bucólico, en contraposición a la lira de la música culta.


Checa señala que el cuadro pretende ensalzar «los efectos positivos del vino y la ebriedad, por medio del canto y la música» (2013, 98). La partitura musical inscrita en el papelito sobre la hierba enfatiza esta idea, en ella hay escrito un canon musical con una letra que dice: Quien bebe y no vuelve a beber, no sabe lo que es beber. Así, vino y música son los protagonistas de La bacanal de los andrios; pero no olvidemos que la obra es mucho más compleja de lo que se ha dicho hasta ahora.


La música fue fundamental en la filosofía neoplatónica del Renacimiento; además de proporcionar una teoría numérica de la armonía del todo con las partes a través de la «música de las esferas» —de origen pitagórico—, permitía al hombre retornar a su origen, es decir, a Dios.


La música también era un elemento liberador del amor que acercaba al hombre a la belleza: música, amor y belleza estaban íntimamente relacionados; todos ellos fueron temas recurrentes tanto en los tratados como en el arte renacentista; la mitología, por su parte, facilitaba la representación pictórica basada en la narración literaria: Ut pictura poesis.

La mitología también permitió, a imitación de la Antigüedad, la inclusión del desnudo en las obras. Pero la recuperación del desnudo iba mucho más allá de la mera imitación del mundo pagano antiguo, ya que para la mentalidad renacentista —antropocéntrica por antonomasia—, el hombre era una obra perfecta; esto justificaba el desnudo en la obra de arte, como podemos leer en el siguiente fragmento del Diálogo de la dignidad del hombre de Hernán Pérez de Oliva (escrita antes de 1531):

... si bien contempláis, veréis al hombre compuesto de nobles miembros y excelentes, do nadie puede juzgar, cual cuidado tuvo su artífice [Dios], de hacerlos convenientes para el uso o para la hermosura. Por lo cual los pintores sabios en ninguna manera se confían de pintar al hombre más hermoso que desnudo; y también naturaleza lo saca desnudo del vientre, ambiciosa y ganosa de mostrar su obra tan excelente sin ninguna cobertura (Suárez Miramón 2020, 39).


En La bacanal de los andrios, llama la atención la mujer desnuda en primer plano expuesta «sin ninguna cobertura», y aislada del resto del grupo. Su origen iconográfico lo encontramos en la Ariadna Medicea (siglo III), pero fue Giorgione quien creó el paradigma de esta tipología de mujer tumbada en el Renacimiento, relacionada con Venus. Esta obra es la llamada Venus Dormida de Dresde (hacia 1507-1510, Dresde, Gemäldegalerie Alte Meister), empezada por Giorgione y terminada por Tiziano.


Lo fundamental en ella fue «la decisiva incorporación del color» que proporcionó «un carácter sensorial y emotivo» (Portús 2022, 160). A partir de la Venus dormida han sido muchos los pintores que se han inspirado en ella: como el propio Tiziano (Venus de Urbino, Florencia, Gallerie degli Uffizi), Cranach el Viejo (La ninfa de la fuente, Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza), Velázquez (Venus del espejo, Londres, National Gallery) Manet (Olympia, París, Musée d’Orsay), Ingres (Odalisca con esclava, Mass., Fogg Art Museum), Matisse (Desnudo rosa, Baltimore Museum of Art) o Picasso (La señoritas de Avignon, Nueva York, MoMa), entre muchos otros.


GIORGIONE y TIZIANO VECELLIO

Venus Dormida de Dresde, hacia 1507-1510, Dresde, Gemäldegalerie Alte Meister.


CRANACH EL VIEJO

La ninfa de la fuente, hacia 1530-1534, Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza.


MANET

Olympia, 1863, París, Musée d’Orsay.


La mujer desnuda de la bacanal se ha interpretado de muchas maneras, siendo todas posibles, o no, según las razones que se den para justificarlas: Venus, Ariadna, una Bacante, una andria dormida por los efectos del vino, una ninfa que representa al agua/vino de la isla, o simplemente un motivo erótico para su contemplación en privado. Pero más allá de su significado, lo que nos interesa es la repercusión que este motivo ha tenido a lo largo de la historia del arte.


Así mismo, La bacanal de los andrios del cadorino ha sido copiada en dibujos y grabados, o reinterpretada por numerosos artistas, independientemente de que mostraran preferencia por el color o el dibujo, como Rubens (Bacanal de los andrios, Estocolmo, Nationalmuseum), Van Dyck (Martilo y Amarilis, Pommersfelden, col. Von Schönborn) o Poussin (Bacanal, Madrid, Museo del Prado; o Infancia de Baco, París, Museo del Louvre).



Esta mujer desnuda, junto con el niño haciendo pis, son las dos figuras más desconcertantes de la obra, ya que su interpretación, a la fecha, pertenece al mundo de las hipótesis. Un origen más cercano en el tiempo de estos dos motivos en la pintura veneciana —además de la Ariadna Medicea en el caso de la mujer, y de niños orinando en sepulcros romanos—, se ha relacionado con unos grabados que acompañaban una obra literaria, y que circulaba entre los ambientes humanistas de aquel entonces. Esta obra es la Hyperotomacchia Poliphili o Sueño de Polífilo, de Francesco Colonna, publicada en La Serenísima por Aldo Manuzio en 1499.


HYPEROTOMACCHIA POLIPHILI o SUEÑO DE POLÍFILO

Francesco Colonna.

Publicada en Venecia por Aldo Manuzio en 1499.

Biblioteca Nacional de España.


El niño orinando de La bacanal, se ha interpretado como una personificación de la risa, ya que, según Harry Murutes, en el Renacimiento veneciano la risa se personificaba de esta manera (1973, 521). En el Sueño de Polífilo se describe una fuente en la que aparece un niño haciendo pis, flanqueado por unas ninfas. Este mismo niño ha aparecido en «imágenes festivas en las que Dionisio/Baco y el vino son los protagonistas [que] incluyen micciones por el exceso de bebida» (Colín Fraile 2017, 25), vinculándolo generalmente a la diversión, al desenfreno y a la risa. A este niño de La bacanal también se le ha identificado con el dios Como —del séquito de Dionisio—, con Cupido o «un putto» —según Vasari—, o como uno de los niños mencionados por Filóstrato, que junto a los hombres y mujeres de Andros, «van coronados de hierba y enredadera».


En cuanto a la técnica de La bacanal de los andrios, cabe decir que, si bien Tiziano utiliza una pincelada suelta que prescinde del dibujo en aras del color —siendo esto posible gracias a la técnica del óleo—, ésta es todavía una pincelada «tímida» si la comparamos con la de su etapa de madurez. En su última etapa, el cadorino aplicó pinceladas largas y empastadas que se convirtieron en puro gesto, aplicando manchas de color con la espátula e incluso con los dedos —según su discípulo Palma el Joven—, deshaciendo de esta manera las formas, dando la apariencia de «non finito»: esa pintura que se apreciaba en la lejanía, pero que de cerca era pura abstracción, y que tanto sorprendió a sus contemporáneos, no siempre para bien.


Ese gesto era más que suficiente para evocar un sinfín de sensaciones a través de las manchas de color y de las texturas dejadas en el lienzo. Se suele decir que Tiziano Vecellio «destruyó» la pintura desde dentro de la propia pintura, cosa en la que estoy de acuerdo, ya que en ese momento no había otra posibilidad de concebir la pintura sin la figuración y sin la narración de una historia. Tendrían que pasar unos cuantos siglos, para que la intuición de Tiziano se plasmara de un modo distinto.


Se han escrito ríos de vino, ¡perdón!, de tinta, sobre La bacanal de los andrios; pero para no eternizarme, me he centrado en lo que más me ha llamado la atención, obviando muchos otros e interesantes aspectos. §


© Maria Artigas, 2023.

 

ARROYO, S. (2022). La pintura veneciana en el debate artístico del siglo XVI. URQUÍZAR HERRERA, A. y CÁMARA MUÑOZ, A. (cords.). El modelo veneciano en la pintura occidental. 2ª. edición, pp. 209-238. Madrid, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces.


CHECA, F. (2005). Tiziano, Venus, la música y la idea de la pintura. Quintana, núm. 4. pp. 83-97.

— (2013). Tiziano y las corte del renacimiento. Madrid, Marcial Pons.

— (2017). Editor. El renacimiento en Venecia: triunfo de la belleza y destrucción de la pintura. Madrid, Museo Thyssen.


FILÓSTRATO el Viejo, FILÓSTRATO el Joven y CALÍSTRATO (2019). Voyeurs del Arte Grecorromano: Imágenes, Descripciones. Edición de L. A. DE CUENCA y M. A. ELVIRA. Madrid, Reino de Cordelia.

GRAVES, R. (1987). Los mitos griegos 2. Madrid, Alianza Editorial.


MURUTES, H. (1973). Personifications of Laughter and Drunken Sleep in Titan’s Andrian’s. The Burlington Magazine, Aug., Vol 115, No. 845. pp. 518-519.https://www.jstor.org/stable/877408


PLINIO (2019). Texto de Historia del Arte. Edición de Esperanza Torrego. Madrid, La balsa de Medusa.

PORTÚS PÉREZ, J. (1022). La mitología y el topos del desnudo femenino veneciano en el arte occidental. URQUÍZAR HERRERA, A. y CÁMARA MUÑOZ, A. (cords.). El modelo veneciano en la pintura occidental. 2ª. edición, pp. 157-180. Madrid, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces.


SUÁREZ MIRAMÓN, A. (2020). La construcción de la modernidad en la literatura española. Madrid, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces.


TATARKIEWICZ, W. (2044). Historia de la estética III. Madrid, Akal.


URQUÍZAR HERRERA, A. y CÁMARA MUÑOZ, A. (cords.). (2022). El modelo veneciano en la pintura occidental. 2ª. edición. Madrid, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces.


PÁGINAS WEB

Museo Nacional del Prado, Madrid.

Museo Thyssen-Bornemisza.

National Gallery, Londres.

Tate Modern, Londres.

The Ringling Museum.


VÍDEOS

CÁMARA, A. y ARROYO, S. [UNED]. (14 de diciembre 2018) Borrones venecianos: de Tiziano a Velázquez. [Youtube]

https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=uzGPvurQeighttp%3A%2F%2F


HOCHMANN, M. [Museo Nacional del Prado]. (8 de mayo de 2018). Cambios técnicos en la pintura veneciana a principios del siglo XVI. [Youtube]

https://www.youtube.com/watch?v=4rA29vVzago


FALOMIR, M. [Fundación Amigos del Museo de Prado]. (Noviembre de 2017). Tiziano vs Tintoretto. [Youtube]

https://www.youtube.com/watch?v=ULalrm2-Mgg


PRIETO, E. [Historia del Arte y la Arquitectura]. Pintura del Barroco 2. [Youtube]

https://www.youtube.com/watch?v=85YjHneKYp0


SOLANA, G. [Museo Thyssen-Bornemisza]. (Julio de 2017). Luz y color en la pintura. El mito de Venecia. [Youtube]

https://www.youtube.com/watch?v=7jZTtmb1Aok&list=PLJFl_bcXIr93Bw7t0K-zxH0o-HqpUR6Ns

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